La crisis actual que estamos viviendo como consecuencia de la pandemia del Covid19 está suponiendo un verdadero deterioro del tejido empresarial como nunca antes había ocurrido, lo que ha supuesto el cierre de más de 130.000 empresas y un registro que cae a niveles de 2001.
Así, inevitablemente, el parón de la actividad económica ha traído problemas de liquidez y solvencia para muchas empresas. Según los últimos datos del Banco de España, la contracción de la actividad que se experimentó en marzo de este año habría llevado a más del 60% de las empresas a reflejar problemas de liquidez.
Reclamación de la deuda
Esa falta de liquidez nos ha llevado a un escenario en el que muchas compañías reclaman deudas cuando los impagos ya se han producido. Esto genera en el acreedor un perjuicio financiero, pero no solo eso, también estrés y una situación bastante incómoda. Para evitar estas consecuencias, lo mejor que podemos hacer es reclamar la deuda proactivamente, de esta forma nos podremos anticipar ante potenciales problemas de liquidez de nuestros clientes y llegar a acuerdos de pagos de manera anticipada, o ante potenciales incidencias en las facturas pudiéndose resolverse antes de que la factura se convierta en un impagado. ¿Cómo se puede evitar esto de forma sencilla? Teniendo informatizado todo el proceso.
Software de gestión de cobros
Debemos tener herramientas eficientes que nos indiquen en todo momento la situación crediticia de cada cliente, pudiéndolos agrupar por diferentes criterios y que esto no sea un esfuerzo personal de los gestores de cobro. Esto es prescisamente lo que hacemos desde Covline, dejamos instalada una herramienta que desencadene procesos automatizados, organice las tareas diaria de los gestores de cobros, y alerte a los usuarios ante distintos acontecimientos de riesgos. De esta forma logramos hacerle la vida más fácil al departamento de cuentas a cobrar de nuestros clientes.
Para evitar demoras en los impagos, cuando emitimos la factura, tenemos que poner en marcha mecanismos de reclamación de esa deuda. Hacer esto de manera manual supone un tiempo y un esfuerzo considerable para el gestor de cobro, mientras que con un sistema informatizado las empresas tendrán toda la información relevante de clientes, vencimientos, etc, delante de sus ojos y podrán lanzar procesos automatizados.