El procedimiento monitorio se podría definir como una vía ágil y rápida para tramitar la reclamación de deudas monetarias, de manera que solo se necesitaría una comparecencia ante el Juez en caso de que el deudor se oponga a resarcir la deuda que ha adquirido.
Una vez notificado, de no realizar el pago voluntariamente u oponerse dentro del plazo concedido, el procedimiento finaliza de manera automática a través de una resolución que permite al demandante hacer uso de la ejecución forzosa, que conllevaría el embargo de bienes suficientes para considerarse la deuda como completamente abonada. Este procedimiento es el más utilizado en el ámbito civil y es muy conocido en el sector de la gestión de cobros.
Requisitos del procedimiento monitorio
En cuanto a quién puede hacer uso de este tipo de procedimiento y cuándo, podemos decir que, según el artículo 812 de la Ley Enjuiciamiento Civil, se pueden reclamar deudas dinerarias líquidas, determinadas, vencidas y exigibles de cualquier cuantía. Esto quiere decir que no puede realizarse dicho procedimiento para reclamaciones que no sean de carácter económico, por ejemplo, de dar algo (entrega de un vehículo), de hacer algo (que se acabe una obra) o de no hacer (abstenerse de llevar a cabo alguna conducta).
Además de lo anterior, la deuda ha de ser líquida, es decir, se debe poder expresar numéricamente o debe contener los elementos necesarios para poder ser calculada aritméticamente; debe estar determinada, esto es, saberse con precisión el montante total; tiene que ser reclamable, por lo que se debe haber superado el plazo para su pago; y ha de ser exigible, el deudor tiene que estar obligado a pagarla.
Documentos y plazos para el procedimiento monitorio
Con tal de que los órganos judiciales admitan la solicitud inicial deben proporcionarse una serie de documentos (independientemente del soporte físico en que se presenten) que aparezcan firmados por el deudor, además de facturas, albaranes de entrega o cualquier documento que justifique la relación existente entre acreedor y deudor.
A la hora de gestionar estos documentos es recomendable usar algún programa ofimático que almacene la información de forma eficiente y ordenada, pues las empresas gestionan cobros con muchos proveedores a la vez y puede llegar a ser una tarea tediosa. Un ejemplo es ELOFICASH, que contiene una solución profesional dedicada a la gestión de cobro y no solo permite acceder a dichos documentos de manera sencilla, sino que también nos permite conocer más acerca de los riesgos que presentan los distintos deudores, el riesgo de insolvencia o el flujo monetario que se ve comprometido.
ELOFICASH es también la mejor manera de preparar y gestionar las acciones judiciales, como comentábamos, ya que tiene un flujo de trabajo definido que sirve de guía a la vez que centraliza los documentos (presupuesto, orden de compra, factura) del servicio prestado, permitiéndonos también establecer plazos automáticamente para saber cuándo generar y enviar documentos oficiales según los procedimientos exigibles, facilitando así la tarea del credit manager.
En conclusión, la manera más rápida y eficiente de llevar a cabo la gestión de deudas es disponer de un programa informático que nos facilite dicha tarea para automatizar el proceso lo máximo posible. En caso de tener que llegar a solicitar un procedimiento monitorio, todo será mucho más sencillo si contamos con toda la documentación ordenada.