Contar con liquidez suficiente es fundamental para cualquier tipo de empresa, por lo que, en situaciones donde se presenten dificultades para cumplir con las obligaciones de pago, es necesario disponer de algún recurso u opción que permita afrontarlas, como pueden ser la línea de crédito o el anticipo de facturas. A continuación, explicaremos cada una de ellas y nombraremos las ventajas y desventajas de su uso.
Anticipo de facturas: funcionamiento, ventajas y desventajas
Este recurso es una opción que tienen las empresas para ingresar de manera anticipada el importe correspondiente a las facturas emitidas a los clientes. Hay que contratarlo a través de una entidad bancaria, pero no es necesario un título de crédito, simplemente se giran los recibos de facturación y podremos disponer del saldo de las facturas de manera inmediata. Los anticipos de facturas permiten a las compañías obtener liquidez para un momento determinado de manera rápida y sencilla, evitando tener que esperar a la fecha de vencimiento de las facturas para efectuar los cobros. Sin embargo, no es un método conveniente en casos donde las situaciones de poca liquidez se repitan constantemente ya que, si algunas de las facturas quedan desatendidas en el momento del vencimiento, la entidad bancaria cargará unos gastos adicionales correspondientes a la devolución del importe, pudiendo llegar a anular el servicio si la cantidad de facturas desatendidas es muy grande.
Línea de crédito: funcionamiento, ventajas y desventajas
En una línea de crédito, empresa y entidad financiera establecen una cantidad de liquidez que se pondrá en disposición de la compañía para utilizar cuando lo necesiten, marcando un plazo determinado en el que se aplicarán comisiones tanto de apertura como de mantenimiento. Básicamente, las empresas disponen de esta cantidad de dinero para utilizarla cuando les haga falta, siempre y cuando sean capaces de devolver (en un pago único) la cuantía entera al momento del vencimiento. En las líneas de crédito únicamente se pagan intereses por la cantidad de dinero que haya sido utilizado, pero en muchas ocasiones son grandes cantidades que provocarán un aumento en la deuda de la empresa, por lo que hay que analizar de manera precisa si esta es la opción correcta a la hora de buscar liquidez.
Cuándo elegir cada una de las opciones
Tras estudiar las condiciones, intereses y comisiones de cada una de ellas, así como valorar sus costes y posibles resultados, las empresas deben tener en cuenta las características más importantes de cada uno de los recursos para tomar su decisión. Los anticipos de facturas son ideales para disponer de liquidez en el corto plazo, ayudando a cubrir gastos inesperados, mientras que las líneas de crédito permiten a las compañías disponer de una determinada cantidad de capital en el largo plazo, asegurando su liquidez en un periodo que puede llegar a ser superior al año.
El anticipo de facturas es una opción perfecta para aquellas empresas que necesiten liquidez de manera urgente para afrontar un gasto inesperado, sabiendo que esta es una situación excepcional que no volverá a repetirse de manera continuada, mientras que la línea de crédito es ideal para aquellas compañías que sufran estos problemas de forma habitual, funcionando como un seguro que mantenga la estabilidad del negocio.